martes, 30 de julio de 2013

Reseña Descriptiva



La evaluación de las competencias como proceso de valoración


En la actualidad, México ha realizado reformas interesantes desde el nivel de educación básica hasta el nivel superior, una de ellas es la adopción de un nuevo modelo educativo basado en competencias, el cual ha impactado en todos los actores que integran el sistema educativo y en su quehacer cotidiano.
Con la implementación de este modelo uno de los temas que más ha generado controversia dentro de la práctica docente es como saber evaluar dichas competencias que el alumno adquiere durante su formación académica; por lo cual los autores Tobón, Pimienta y García en su libro “Secuencias didácticas: Aprendizaje y evaluación de las competencias”, explican de manera introductoria en el capitulo VI las pautas a seguir para aplicar una evaluación apegada a este sistema.
Como primer punto dentro del capítulo se menciona que la evaluación de las competencias debe ser una valoración integral que favorezca tanto el crecimiento personal como académico del alumno, a raíz del aprendizaje, el cual necesita ser regulado a través de la participación activa, la retroalimentación y la reflexión de experiencias por parte del docente y el estudiante.
Surge con el fin de elevar la educación, debido a que mas allá de medir los conocimientos, busca un mejoramiento continuo y una formación integral por medio de actividades contextualizadas con sentido para los estudiantes; además, permite al docente identificar las dificultades que se le presentan al alumno en el proceso e intervenir con las estrategias pertinentes en el momento adecuado. Por tal motivo éste proceso es considerado como complejo, multidimensional y dinámico.
Haciendo un contraste con la evaluación tradicional, los autores apuntan a que este nuevo paradigma involucra una manera diferente para planificar, una nueva forma de darle seguimiento al aprendizaje de los alumnos, de aplicar los criterios e instrumentos de evaluación; pero sobre todo se busca implementar un cambio institucional en donde se evalúen de forma paralela a estudiantes, docentes, administrativos y directivos “para que el cambio y la mejora sean sistémicos y progresivos”.
Asimismo, describen brevemente los principios básicos que se deberán tomar en cuenta para una evaluación por competencias, los cuales determinan cómo, para qué y porqué surge este nuevo paradigma de evaluación, que busca la formación integral y continua del alumno. Durante la especificación de cada principio se hace énfasis en la contextualización de actividades, el desempeño del alumno, los criterios e instrumentos para evaluar tomando en cuenta la dimensión cognoscitiva, actuacional y actitudinal; la recolección de información, la toma de decisiones y la retroalimentación para el docente y el alumno.
Posteriormente, referencian las tres dimensiones que son esenciales en toda valoración: autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación, así como también se describen sus características y algunas recomendaciones para su uso. Cada dimensión tiene un propósito diferente y de forma general lo que se busca es que el alumno tome conciencia de su aprendizaje, asuma una actitud responsable ante él y acepte positivamente los juicios que sus compañeros y docentes hacen sobre sus logros y errores para después poder brindarle las sugerencias pertinentes.
Finalmente, se presenta y ejemplifica la metodología matriz que se utiliza actualmente en Latinoamérica para planificar y evaluar las competencias. Su organización consta de nueve fases, que consisten en:
  1. Identificar y comprender la competencia que se pretende evaluar.
  2. Determinar el proceso de evaluación a llevar a cabo.
  3. Plantear los criterios.
  4. Definir las evidencias que se valoraran.
  5. Establecer los indicadores por nivel de dominio de cada competencia.
  6. Asignar un valor cuantitativo a dichos indicadores.
  7. Indicar cuales son los criterios e indicadores mínimos para acreditar.
  8. Hacer recomendaciones en torno a la evaluación cuando se consideren necesarias, y por último
  9. Realizar la retroalimentación.





Tobón Tobón, S., Pimienta Prieto, J. H. y Garcia Fraile, J. A. (2010)






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